sábado, 20 de mayo de 2017

30.- A VUELTAS CON LOS HELENOS

No es que tenga una obsesión especial con la mitología griega clásica, aunque desde luego disfruto con aquellas historias Enormes de personajes -humanos y divinos- complejos, contradictorios y completamente capaces tanto de lo mejor como de... lo menos mejor, ya sabes.

Nada que ver con las historias de buenos y malos absolutos de nuestras propias tradiciones, tan moralistas y maniqueas.

El caso es que fué la ocasión, más que la intención, lo que me hizo redundar en el clasicismo griego, y si en la entrada 16 (‘Los dioses...¡Qué chiquillos!’, búscala en el Archivador si lo deseas, porque no voy a poner el ‘pincha aquí’ dichoso) la cosa iba sobre La Ilíada y sus rocambolescos tejemanejes, en un encargo que tuve el gusto de hacer pese a lo menguado del tiempo de entrega y de la remuneración, en ésta de hoy verás sencillas ilustraciones de algunos de los carismáticos personajes de toda aquella fértil mitología, destinados a un número especial sobre ‘Grecia’ de una publicación juvenil de hace un tiempo.

***


El primero es Quirón, el centauro inmortal, hijo de Cronos, como Zeus, y que debe su peculiar cuerpo híbrido a que fue concebido bajo ciertas peculiaridades curiosas que tú mismo buscarás en tu enciclopedia favorita, seguro.

Fue inteligente y sabio, y educó a unos cuantos muchachuelos notables entre los que se encuentra Jasón, si, el de los argonautas, todo un liante.







Medea es una hechicera oscura, fuerte y poderosa, orgullosa y bella, sacerdotisa de Hécate e hija del rey de Cólquida, a quién traicionó por amor a... Jasón, que la sedujo interesadamente para obtener su ayuda y hacerse con el vellocino de oro. Tras la traición y el robo, huyó con él en su barco, el Argos, pero su amor no fue nunca correspondido, y el desprecio de su amado así como diversos intentos de deshacerse de ella la precipitaron a una senda tenebrosa de amargura, celos, venganza y muerte de la que no puedo decirte más.







¿Que cómo se ha colado ‘Fluffy’?

No, amigo, aunque sea un perro, un perro grandote, y tenga tres cabezas, no tiene nada que ver con la criatura inventada para Harry Potter, ya que, si te fijas bien, verás el fuego infernal brillando en los ojos de nuestro personaje.

Y es que se trata del mismísimo Cerbero, el feroz guardián de la entrada del Hades; el inframundo clásico. Su función era vital, ya que impedía que los muertos pudieran atravesar la puerta para salir, y también que los vivos entraran sin la acreditación adecuada...

Como si alguien fuera a colarse allí voluntariamente, dirás ¿no?

Bueno, pues como hay gente para todo, que se lo digan a otro de los compañeros de aventuras de Jasón; el argonauta Orfeo, aunque ésa es otra historia...


                                               




Y aquí está, desembarcando en las costas del Mar Negro, acompañado por el mismísimo Heracles, por Cástor, por Polux, por Linceo y el resto de compañeros del Argos, dispuesto a arrancar a cualquier precio el vellocino de oro al rey de Cólquida para restaurar su propio derecho al trono, en la lejana Yolcos...
...nada menos que el único, el inimitable... ¡Jasón! (ya sé, parece más poca cosa en dibujo).





Y hasta la próxima...

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